Hanga Roa, Rapa Nui

La fascinante Isla de Pascua, en polinesio, Rapa Nui o «Isla de la roca», fue bautizada con este nombre por el holandés Jacob Roggeveen, quien la descubrió el domingo de Pascua de 1722. Hoy, la isla es más conocida por sus famosas estatuas, los enormes y misteriosos moáis, que miran hacia el horizonte. Hay cientos de monolitos hechos de toba volcánica del cráter Ranu Raraku que representan grandes rostros con una expresión hierática. Situados en toda la isla, se dice que se construyeron para actuar como guardianes de los habitantes (de hecho, su mirada se dirige hacia la isla y no hacia el océano) y como símbolo de prosperidad. Algunos llevan los típicos sombreros masculinos de la época, el pukao, un cilindro achaparrado. Las estatuas tienen dimensiones considerables: las más pequeñas miden unos 2,5 m de altura, mientras que las más altas pueden alcanzar hasta 10 m y pesar unas 80 toneladas. Los cuerpos de las estatuas a menudo están enterrados y en su parte posterior se pueden encontrar inscripciones en rongorongo, un sistema de escritura compuesto por glifos, utilizado antes del descubrimiento de la isla por los occidentales, y que aún hoy no se ha descifrado.